Diferencias entre la medicina homeopática y la convencional en casos con gripa
Diferencias entre la medicina homeopática y la convencional en casos con gripa.
Según ASCOHOM,
Asociación Colombiana de Homeopatía, todos los seres vivos tienen capacidad de
autorreparación y la homeopatía busca incentivarla. Esto lo realiza valiéndose
de la misma oposición que los seres vivos tienen a los estímulos externos. Es
la reacción del paciente enfermo, desencadenada o intensificada por la
medicación homeopática, la que conduce al restablecimiento del orden y el
consecuente alivio o curación.
Los seres vivos reaccionan oponiéndose a
todos los estímulos que reciben del exterior, se resisten también a la acción
de estas sustancias medicinales, dando lugar a los fenómenos de tolerancia, consistente
en una disminución del efecto farmacológico de los medicamentos en el tiempo, y del efecto rebote tras la suspensión del
tratamiento.
Este efecto rebote se considera como una evidencia
indirecta a favor de los medicamentos homeopáticos. Por el mismo motivo que la
inflamación puede volver con más fuerza tras la suspensión de un
antinflamatorio convencional (efecto
rebote), la inflamación cede tras la administración de pequeñas dosis de
una sustancia capaz de producir inflamación (medicamentos homeopáticos).
Es por esto que, los productos homeopáticos antigripales
se enfocan en disminuir la duración y la gravedad de los síntomas de la gripe,
como fiebre, escalofríos, congestión nasal, dolor de garganta y dolores
corporales. Permitiéndole a la persona recuperarse después de 40 horas de haber
consumido el producto. Esta alternativa es admitida en pacientes pediátricos,
ancianos, pacientes que no puedan recibir vacunas y pacientes bajo tratamiento
a largo plazo o con enfermedades crónicas.
Por su parte,
algunas opciones de tratamiento convencional, como
los antibióticos, los antivirales o los antiparasitarios, están dirigidos a
destruir o inhibir el desarrollo de agentes infecciosos. Los antineoplásicos
están destinados a la destrucción de células malignas. Por su parte, el
tratamiento homeopático no suprime las manifestaciones patológicas de manera
directa, sino que estimula la reacción curativa del enfermo.
Otra
diferencia entre el tratamiento convencional y homeopático reside en el modo de
abordar al paciente. El primero, por su propia naturaleza, tiende a fragmentar
al individuo enfermo en órganos y aparatos. Esto se debe a que la elección del
tratamiento está basada exclusivamente en los diagnósticos clínico y
fisiopatológico. Esto no se debe de atribuir de ninguna manera a un menor
interés del médico por el paciente, sino a características propias de la
medicina, difíciles de evitar.
En cambio, el
tratamiento homeopático considera primordial al paciente en su totalidad e
individualidad, sin descuidar los aspectos biológicos. Es así como la
observación muestra que una misma enfermedad se presenta en diferentes sujetos
de formas muy variadas, de acuerdo con sus características individuales, su
constitución física y psíquica, y el medio en que se desenvuelve. También son
importantes los conflictos profundos o las situaciones emocionalmente
traumáticas, ya que son capaces de desencadenar enfermedades que son a veces
graves.
Es propio del
tratamiento homeopático buscar no sólo el alivio de las manifestaciones
patológicas concretas del paciente, sino también el de promover además una
sensación de bienestar general y mejoría del estado anímico. Estas acompañan al
alivio de los síntomas físicos y a veces las preceden en el tiempo.
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