Democracia en Colombia

¿Es esta la representación de la democracia en Colombia?

 

Esta escena, convertida en meme para la sátira, no puede ser representativa de la democracia de Colombia.


Porque lo que evidencia esa imagen no es la corrupción del político que intenta comprar votos; tras esa estampa se muestra una sociedad, si, una sociedad necesitada, pero a su vez una sociedad corrupta, una sociedad que acepta la corrupción, puesto que participa de ella, y al final la acaba promoviendo con sus actos. Porque siendo claros, la justificación de amparar ese comportamiento bajo el yugo de la necesidad, se torna un argumento estéril, cuando la verdadera “necesidad” qué se debería tener es la de entender que eso, exactamente eso, el voto, es una oportunidad, es una decisión que inevitablemente va a influir y hasta determinar el que algún día pueda dejar atrás esa vida de necesidad, o no. Y por supuesto que ésta no será una práctica mayoritaria, pero sí muy significativa, y el simple hecho de que tenga lugar, incluso sin tener en cuenta la relativa aceptación social de la que parece gozar, ya resulta sumamente alarmante. Tan lamentable es esa imagen, esa escena de la realidad, que debería suponer motivo suficiente para empujar a toda la sociedad a dejar de tolerar ese comportamiento. Un cambio, una transformación social, que realmente no es una tarea tan inalcanzable. Comienza con un sencillo acto, dirigido a provocar que no esté bien visto, que sea reprochable, y que simplemente consiste en dejar ver qué eso no está bien a cualquiera que se lo puedas oír, sea familiar, amigo, vecino o quien sea. Hacerle saber que ese comportamiento siquiera de pensar en la posibilidad de vender su voto está mal, puede parecer un acto insignificante, pero los conocimientos de la psicología social avalan que ese acto, si llega a hacerlo una parte importante de la sociedad, se convierte en un fenómeno de presión social de tal magnitud y envergadura, que además de cambiar hábitos y comportamientos sociales, es capaz de llegar a formar en valores a toda una sociedad, cuando la presión social de una mayoría suficiente se dirige hacia ese objetivo. Y en la tesitura de abogar por los cambios sociales, hay que darle incluso más relevancia si cabe, a otro reflejo de la sociedad, y socialmente aceptado, que expone el meme completo.

Un comportamiento incluso aún mucho más reprobable, ya que se infiere que ese dinero posiblemente fuese para cubrir necesidades básicas de ese hogar, pero se ahogó en una botella; dando gracias de que al menos, así sea por compasión, no se ve al bebé llorando al fondo de la imagen. Tales comportamientos no son permisibles en una sociedad que quiera ser civilizada. Ya es tiempo de empezar a censurarlos, a utilizar ese fenómeno de presión social colectiva, entre todos, para erradicar ese tipo de conductas en la sociedad. Ese hombre seguramente no tomó solo, y seguro algún compañero de trago, o mismamente del bar, sabía de su situación en casa, y podían haber ejercido esa presión social, que sólo consiste en decirle, hacerle ver que eso no está bien, dicho por uno, por otro, una y otra vez, acabará forzando que se sienta tan mal haciéndolo que esa presión social pueda vencerle y hacerle cambiar. Un último apunte final: en todos los casos, después de hacer ver que reprobamos el comportamiento, cuando la persona en cuestión haya cambiado, o lo esté intentando, es imprescindible (para que funcione) darle “feedback positivo”, tiene que llegar la felicitación, el reconocimiento por hacerlo bien. Esa es la forma de lograr los cambios, una verdadera reinserción social en su propio entorno. Así se provocan cambios sociales, cuando a esta forma de actuar se van sumando personas individuales hasta alcanzar una “masa crítica“ de cambio. Únete, merece la pena mejorar la sociedad en la que vivimos. Fdo. RAIMUNDO LUANO



Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexión sobre la sabiduría